Probablemente no haya ni un solo desertor norcoreano que quisiera abandonar su ciudad natal. Nos vimos obligados a huir de Corea del Norte, así que no tuvimos más opción que cruzar la frontera y dejar nuestra ciudad natal. Hemos sido víctimas del régimen norcoreano desde que desertamos de Corea del Norte, cuando nos vimos obligados a abandonar nuestros hogares y ciudades natales.
La razón por la que no podemos volver a Corea del Norte en el momento en que salgamos de Corea del Norte es porque nos clasifican como «delincuentes» por la razón que sea. Incluso si se ven obligadas a vivir en China porque no pueden regresar, el gobierno chino también sigue definiendo a las mujeres de Corea del Norte como «residentes económicas ilegales» y justifica la política de regresar por la fuerza a Corea del Norte.
Desde Corea del Norte a China
Las víctimas fueron coaccionadas a emprender un viaje, obligadas a abandonar sus tierras natales y cruzar la frontera de Corea del Norte a China.
RÉGIMEN NORCOREANO
Desplazandose por la Desesperación, no por Elección | Las mujeres norcoreanas cruzan la frontera rumbo a China, no como una elección voluntaria, sino como una medida desesperada por sobrevivir. Dejan atrás su patria, familias y vivencias, cruzando la frontera hacia China. En este viaje, impulsado por la desesperación, las expone hacer vulnerables y en peligro a cada paso.
Más Allá de la Frontera: Un Nuevo Conjunto de Cadenas
Muchos perciben la deserción de las mujeres norcoreanas como una búsqueda de una “vida mejor”. Cuál termina siendo la realidad ? Termina en una elección entre la vida y la muerte. Estas mujeres no tenían una verdadera elección sino que abandonar Corea del Norte, y ahora lidian con un desgarrador anhelo, un dolor por volver a un lugar que ya no pueden llamar hogar.
Los desertores de Corea del Norte emprenden un peligroso viaje impulsado por la supervivencia, dejando atrás recuerdos preciados y familias. A pesar de obtener seguridad, la inquietud que dejan en su patria persiste, dejándolos emocionalmente desgarrados entre su pasado y presente. Las mujeres norcoreanas constituyen al 70% de todos los desertores, a menudo se encuentran en la encrucijada de la vida y la muerte. Sorprendentemente, una de cada diez de estas mujeres no eligió voluntariamente este camino, sino que fueron engañadas o secuestradas en este peligroso viaje.
Desde China a Corea del Norte
La captura por las autoridades es una amenaza constante. Aquellos desafortunados que son detenidos enfrentan un aterrador retorno a Corea del Norte.
Vigilancia Constante
En su desesperada búsqueda de libertad, los desertores viven bajo los ojos vigilantes de las autoridades. Cada paso que dan, cada esquina que giran, la sombra de la captura los persigue. Es una vida en la cual es necesario mirar por encima del hombro, donde la confianza es un lujo que pocos pueden permitirse.
Detención: El Comienzo de una Pesadilla
Para aquellos atrapados en la redada, las consecuencias son inmediatas y severas. Las instalaciones de detención son frecuentemente la primera parada, donde son violentados de su dignidad y derechos, enfrentando interrogatorios y en ocasiones abusos físicos.
El Aterrador Retorno a Corea del Norte
La repatriación es un viaje lleno de temor. Mientras son transportados de regreso al suelo norcoreano, los recuerdos de la vida de la que huyeron regresaron apresuradamente. El castigo inminente que les espera es una nube oscura que eclipsa cualquier alivio de regresar a casa.
Más Allá del Castigo: Una Agitación Emocional
No son solo las repercusiones físicas de su "traición" con las que deben lidiar, tambien se encuentra la tortura emocional y psicológica, especialmente para aquellos separados de sus hijos o seres queridos, es una herida que se infecta mucho después de que sus cicatrices físicas hayan sanado.
Tras la repatriación, los desertores enfrentan consecuencias severas del régimen de su patria, soportando violaciones extremas de derechos humanos. Muchos también lidian con la angustia de ser separados por la fuerza de sus hijos, amplificando su trauma.
Debido a sus hijos abandonados, muchos deciden arriesgarlo todo y volver a desertar con la esperanza de reunirse con sus pequeños en China, solo para enfrentar otra vez el tráfico de personas.
Desde China a Corea del Sur
Dejar a los Hijos Atrás: Una Elección Desgarradora por Seguridad
La Amenaza Inminente de Repatriación Forzada
Para las madres norcoreanas en China, el peligro siempre presente de ser descubiertas y repatriadas a la fuerza a Corea del Norte es más peligroso cada día que pasa. El riesgo se intensifica, forzandolas a elegir una decisión agonizante.
El Dilema de una Madre: Seguridad vs. Separación
La decisión de partir en dirección a Corea del Sur frecuentemente viene acompañado de emociones intensas. La promesa de seguridad y una vida mejor es tentadora, pero significa dejar atrás a sus seres más preciados: sus hijos. Es una decisión que las atormenta en cada momento.
El Viaje a Corea del Sur: Un Segundo Salto de Fe
Escapar de China a Corea del Sur no es un suceso fácil. Es un camino lleno de peligros, desafíos e incertidumbre. Sin embargo, la esperanza de un futuro más seguro impulsa a estas valientes madres hacia adelante, incluso si significa atravesar terrenos desconocidos y confiar en extraños.
El Costo Emocional: Vivir con el Peso de la Separación
Mientras Corea del Sur les ofrece un refugio de las amenazas que vivieron en China, el trauma emocional de dejar a sus hijos es un compañero constante. Las noches son largas y los días son un recordatorio de los sacrificios hechos por una oportunidad de libertad.
Para escapar del peligro de la repatriación forzada, muchas madres norcoreanas deciden dejar China, esta vez hacia la promesa de estar seguras en dirección a Corea del Sur.
Las madres tienen que dejar a sus hijos atrás para evitar la repatriación. Y no todas las familias chinas apoyan este movimiento.
Novias Vendidas en China
VIDA EN CHINA: Muchas mujeres norcoreanas son traficadas y vendidas como novias en varias partes de China. Estos matrimonios forzados sin consentimiento, las someten a más explotación y aislamiento, despojándose de su autonomía y dignidad.
La Ilusión de Seguridad
Buscando refugio de las penurias en Corea del Norte, muchas mujeres emprenden un viaje peligroso hacia China, aferrándose a la esperanza de una vida mejor. Poco saben que les espera una pesadilla diferente.
Traficadas y Atrapadas: El Oscuro Vientre del Mercado de Novias
Al entrar en China, un número significativo de mujeres norcoreanas se encuentran atrapadas en una red de trata de personas. Estas mujeres, desesperadas y vulnerables, son vendidas como novias en varias partes de China.
Matrimonios Forzados: Viviendo con Extraños
Una vez vendidas, son arrojadas a matrimonios con hombres chinos a los que nunca han conocido. Mientras algunas pueden encontrar aceptación, muchas otras enfrentan explotación, abuso y una vida de servidumbre en hogares desconocidos.
Barreras Culturales y Lingüísticas: Aislamiento en Tierra Extranjera
Más allá del desafío de los matrimonios forzados, estas mujeres luchan con barreras lingüísticas, diferencias culturales y el miedo constante al descubrimiento. Su estatus ilegal las hace vulnerables, sin vías para recursos legales o protección.
La investigación cuantitativa a continuación muestra que el 90% de los encuestados han experimentado tráfico, y el 75.0% de los maridos chinos están de acuerdo en la gravedad del mercado de tráfico en China. Aunque no todos los matrimonios son traficados, los matrimonios arreglados mediante transacciones monetarias tienen más probabilidades de involucrar trabajo injusto, violencia doméstica, abuso sexual y vigilancia. Además, el deseo de las mujeres norcoreanas de escapar de sus matrimonios traficados hace que sus relaciones sean inestables y vulnerables, ya que no comienzan en igualdad de condiciones, sino que están determinadas de manera injusta y jerárquica desde el principio. Los problemas que surgen impactan negativamente no solo a las mujeres, sino también a sus maridos, sus familias y, en última instancia, a sus hijos.
Mano de Obra Explotada en China
Cada día se sentía como un ciclo interminable de trabajo, sin esperanza. No era un hogar; era una prisión.” La esclavitud moderna es una dura realidad para estas mujeres. Atrapadas en hogares donde son abusadas, se convierten en sujetos de un trabajo forzado. Despojadas de sus derechos, estas madres trabajan bajo condiciones opresivas, sin fin a la vista.
Para las mujeres norcoreanas, la mitad no tiene la libertad de salir al exterior en China. Cuando están confinadas en su hogar, el ambiente familiar es muy importante. La mitad de ellas no fueron recibidas como miembros de la familia y todavía son tratadas como mujeres que han dado a luz a niños, no como miembros de la familia. Se ven obligadas a realizar trabajo forzado, entrar hacer sus labores a las 3 de la madrugada y terminan hasta las 8 de la noche. Dichas personas no reciben salario, porque no cuentan con estatus legal. Forzadas a seguir trabajando dentro de sus familias.
Vigilancia Constante en China
La seguridad pública china ha estado emitiendo permisos de residencia temporales, un nuevo tipo de sistema de vigilancia para mujeres refugiadas norcoreanas en China. El permiso de residencia temporal se emitió principalmente en áreas donde solo viven chinos Han. En la región donde se aprobó el permiso temporal por primera vez, había alrededor de 100 mujeres refugiadas norcoreanas en el área, y la población china protestó que sería un gran problema para sus familias si se capturaba a los desertores. Protestando ante la seguridad pública local, diciendo: "Es tan grave que detendría la reproducción del pueblo chino". Estas quejas fueron aceptadas y se emitió un permiso de residencia temporal para residir en el área.
Este no es un proyecto a nivel nacional y la mayoría de funcionarios de seguridad pública desconocen este permiso. Los procedimientos de registro de seguridad pública varían según la región. La tarifa de registro varía ampliamente, oscilando entre 5,000 y 8,000 yuanes chinos en las seis áreas encuestadas. Además, en áreas económicamente difíciles, la seguridad pública busca refugiados escondidos y los obliga a registrarse. Si por algún motivo no se registran, la seguridad pública los amenaza con que sus maridos chinos serán enviados a la cárcel, obligándolos a acudir a la oficina de seguridad pública con dinero como multa para registrarse.
Con el documento, pueden conseguir un trabajo en la región y usar un autobús o taxi, pero los viajes se limitan solo a esa área. Lo más importante es que los servicios de atención médica para estas mujeres aún son imposibles con el permiso. Además, la seguridad pública china inspecciona los teléfonos celulares de las mujeres refugiadas registradas dos o tres veces al mes. La vigilancia se centra principalmente en si hay llamadas telefónicas o mensajes de texto con alguien en Corea del Sur.
Se puede ver que el permiso de residencia temporal emitido a petición de la población de Han en China no es algo que garantice la vida segura de las mujeres refugiadas norcoreanas, sino para el esposo chino Han y/o la familia para tranquilidad. Las autoridades chinas están estableciendo un sistema de vigilancia más sistemático para los desertores norcoreanos. En este proceso, las mujeres refugiadas norcoreanas viven bajo nuevas formas de amenaza y vigilancia, diferentes de la ansiedad existente que tenían que vivir sin ningún documento.
Incluso si se garantiza una vida libre en el futuro, puede volverse más difícil para las desertoras femeninas en China escapar de su lugar de residencia debido a la vigilancia regular de los teléfonos celulares. Y dado que no es una garantía de residencia permanente en China, están presente por la sombra de las políticas de repatriación, hacen que las reuniones sean casi imposibles. Esto no solo infringe los derechos humanos fundamentales de estas familias, sino que también deja cicatrices emocionales que perduran por toda la vida.
Lazos Rotos Antes del Nacimiento
Abortos Forzados en Corea del Norte
El Pecado Imperdonable: Herencia Mixta
A los ojos del régimen norcoreano, un niño concebido con un padre chino representa una mancha en la "línea de sangre pura" de la nación. Este prejuicio profundamente arraigado resulta en una de las violaciones de derechos humanos más atroces: el aborto forzado.
El problema del aborto forzado resultó ser un problema serio en los derechos humanos de las mujeres embarazadas tras la repatriación forzada. Entre las mujeres norcoreanas embarazadas que fueron repatriadas, aquellas que estaban embarazadas de un hombre surcoreano desaparecieron forzosamente, mientras que aquellas que estaban embarazadas de un hombre chino fueron abortadas incondicionalmente si el padre era chino Han, pero no si el padre era de etnia coreano-china.
El Procedimiento Brutal: Dolor Más Allá de las Palabras
Las mujeres embarazadas repatriadas no reciben la dignidad ni la atención médica que merecen. En su lugar, son sometidas a procedimientos brutales, insalubres e inhumanos. Sin anestesia, el dolor que soportan es inimaginable, pero las cicatrices emocionales y psicológicas son aún más profundas.
La Pesadilla de una Madre: Reviviendo el Trauma
Una madre relata los horrores del 20 de marzo, el día en que su hijo no nacido fue despiadadamente arrebatado de ella. No solo fue el procedimiento dolorosamente doloroso, sino que también fue forzada a presenciar la forma sin vida de su bebé. Este evento traumático es una pesadilla recurrente que la persigue cada año en esa fatídica fecha.
Un Ciclo Interminable de Dolor
Para estas mujeres, el trauma de sus abortos forzados no termina con el procedimiento. El recuerdo de ese día, el dolor y la pérdida persisten en sus vidas. Sus testimonios arrojan luz sobre la crueldad arraigada del régimen norcoreano y la necesidad de intervención global.
El caso de una mujer norcoreana que fue traficada a la edad de 14 años a un hombre chino 20 años mayor Esta víctima fue violada y abusada físicamente . Solo un mes después de su primer período, dio a luz a la edad de 15. Fue repatriada tres años después con un bebé en su vientre por el informe de su familia china. Fue obligada a abortar después de ser repatriada y tuvo que realizar trabajos forzados durante tres años antes de ser re-traficada y vendida a otro hombre chino.
Además, es la política del gobierno chino de abortar forzosamente a mujeres norcoreanas embarazadas en China y repatriar forzosamente a mujeres embarazadas a Corea del Norte lo que crea las condiciones para los abortos forzados en este país.
Lazos Bloqueados por Política
La Devastadora Consecuencia de las Políticas de Repatriación
Para las madres refugiadas norcoreanas en Corea del Sur, la dolorosa realidad de tener a sus hijos dejados atrás en China es un resultado directo de las implacables políticas de repatriación forzada. Estas políticas obligan a las madres a tomar decisiones desgarradoras por supervivencia, creando un abismo entre ellas y su descendencia.
Una Generación Vulnerable: Niños Dejados Desprotegidos
Con sus madres ya sea forzosamente enviadas de vuelta a Corea del Norte o buscando refugio en Corea del Sur, innumerables niños enfrentan circunstancias desesperadas. Solos y desprotegidos, muchos se encuentran en orfanatos, mientras que otros caen presa del oscuro mundo de la trata de personas.
Reunión: Un Sueño Negado
El anhelo de una madre de abrazar a su hijo de nuevo es una fuerza poderosa. Sin embargo, las barreras burocráticas, intensificadas por la sombra siempre presente de las políticas de repatriación, hacen que las reuniones sean casi imposibles. Esto no solo viola los derechos humanos fundamentales de estas familias, sino que también deja cicatrices emocionales que perduran toda la vida.
El Efecto Ondulante: Trauma Transgeneracional
El trauma inducido por separaciones forzadas no termina con las madres y los niños directamente afectados. Este suceso se extiende a través de generaciones, con el dolor y la angustia.
Esto nos hace enfocar la urgencia necesaria de intervención internacional y reformas políticas.
En China, mientras las madres viven bajo la constante amenaza de repatriación, sus hijos experimentan una ansiedad de separación constante, temiendo que su madre los abandone.
El 87% de las mujeres norcoreanas en China encuestadas han dado a luz. El 79% de las mujeres norcoreanas en China tienen hijos en China (un promedio de 1.37). El 36% de las mujeres norcoreanas han dado a luz a niños en Corea del Norte, con un promedio de 1.4 hijos, y el 28% de las encuestadas tienen hijos tanto en China como en Corea del Norte. Estas estadísticas ilustran cuántas mujeres norcoreanas y sus hijos están en riesgo de ser separados por la fuerza debido a la política de repatriación forzada.
Uno de los mayores desafíos para las mujeres norcoreanas es la separación de sus hijos. El sesenta por ciento de los maridos chinos en Corea del Sur han experimentado la separación de sus hijos, ya sea durante el proceso de entrar a Corea del Sur (74%) o debido a la repatriación forzada de su esposa (14%). El trece por ciento dijo que fueron separados de sus hijos porque viajaban largas distancias para ganar dinero y evitar la repatriación. En el 58% de los casos, la separación duró más de un año.
Cuando las mujeres norcoreanas son repatriadas inesperadamente o viajan a Corea del Sur sin discutirlo con sus maridos, las madres y los niños se separan muy abruptamente, causando angustia emocional. Los niños se sienten heridos porque creen que han sido abandonados por su madre. Según un testigo, hubo un caso en el que un familiar dijo: "Tu mamá se fue y te abandonó". Este no es solo un caso, sino que en una encuesta de maridos y esposas chinos, la mitad dijo que había escuchado casos similares.
Cuando una madre se separa de su hijo, especialmente si el niño es joven o hay falta de comunicación, el niño puede sentirse abandonado por su madre. Esto puede llevar al propio rechazo del niño cuando intentan invitarlos a Corea si se sienten heridos por su madre. Incluso después de que el niño llega a salvo a Corea del Sur, si el padre y el niño han estado separados durante mucho tiempo, el proceso de reunificación puede reabrir viejas heridas y causar nuevas. Esta política de repatriación forzada es una de las mayores causas de inestabilidad en las relaciones a largo plazo para las madres norcoreanas y sus hijos.
Responsabilidad Centrada en la Vítima
El Dolor No Expresado: Silencio Forzado
El Peso de las Voces Suprimidas
En un mundo donde hablar a menudo se convierte en un medio de supervivencia, las mujeres norcoreanas se encuentran silenciadas por el miedo, el estigma y la amenaza inminente de represalias. El silencio al que se ven obligadas no es solo una carga personal; es un grito colectivo por justicia, derechos y reconocimiento. Las Consecuencias del Silencio El silencio forzado no es solo la ausencia de voz. Es la supresión de derechos, historias e identidades. Este silencio deja cicatrices emocionales y psicológicas, perpetuando un ciclo de trauma y previniendo la curación. En las sombras, muchas víctimas sufren en aislamiento, sus historias que no fueron contadas y su dolor no reconocido.
La Necesidad de Cambio: Responsabilidad Centrada en la Víctima
La responsabilidad centrada en la víctima prioriza las experiencias, necesidades y derechos de las víctimas. Reconoce su dolor, valida sus experiencias y asegura que la justicia sea tanto vista como sentida.
Tendiendo el Puente: Del Silencio al Reconocimiento
Durante demasiado tiempo, las narrativas de las mujeres norcoreanas han sido eclipsadas por agendas políticas y negociaciones diplomáticas. Un cambio hacia la responsabilidad centrada en la víctima asegura que sus voces se escuchen por encima del ruido, llevando a creaciones políticas y acciones que reflejen genuinamente sus necesidades y aspiraciones.
El Camino Hacia Adelante: Empoderamiento a través del Reconocimiento
Para romper las cadenas del silencio forzado, debemos crear plataformas donde las víctimas sean escuchadas, reconocidas y empoderadas. Al centrar la responsabilidad en torno a ellas, creamos el camino para la curación y la justicia. Como consecuencia crearemos un futuro donde sus derechos sean incondicionalmente respetados.
La respuesta a la responsabilidad centrada en la víctima es más sencilla de lo que se podría pensar. En lugar de que los testigos malinterpreten la responsabilidad a través de los medios, creemos que la responsabilidad centrada en la víctima es el proceso de tener una revisión final de los testimonios que se publicarán a través de seminarios o talleres con los testigos después de que se complete el informe y antes de la publicación final, para que puedan entender exactamente qué derechos humanos se mejorarán cuando se publique el informe, qué medidas se tomarán en el campo de estas violaciones de derechos humanos, los esfuerzos de las organizaciones que realizan la investigación, por qué las Naciones Unidas y la comunidad internacional necesitan este informe, y el impacto de estos informes.
En el pasado la mayoría de los informes de derechos humanos norcoreanos fueron realizados por investigadores que no tenían la misma experiencia y carecían de comprensión de Corea del Norte, desde encuestas hasta testimonios para asegurar datos sobre violaciones de derechos humanos, por lo que los desertores norcoreanos respondieron de manera pasiva al ser interrogados sobre términos que no entendían, las víctimas al testificar ajustaron sus hechos de lo que entendían de quien los interrogó. Como consecuencia de la ambigua comunicación se reprimieron algunos hechos para terminar el testimonio rápidamente. Sin embargo, las mujeres investigadoras norcoreanas desertoras respondieron rápidamente a la misma situación porque tenían la misma experiencia, y si los testimonios eran difíciles de resumir, en su lugar procedieron juzgando y analizando con precisión los detalles de los testimonios y la escala del daño mientras testificaron.
Las mujeres norcoreanas en China han sido excluidas de los problemas de derechos humanos norcoreanos. Existe la idea errónea entre algunas organizaciones y expertos en derechos humanos nacionales de que los derechos de las mujeres norcoreanas son un problema chino mientras están siendo traficadas y vendidas a hombres chinos, y solo después de ser repatriadas forzosamente a Corea del Norte exigen poner fin a su repatriación forzada. Para mejorar los derechos humanos en Corea del Norte, la organización encontró que es necesario corregir la visión equivocada de las mujeres norcoreanas que actualmente viven como mujeres traficadas en China como un problema chino, para que la causa raíz de la repatriación forzada pueda resolverse con un enfoque y proceso centrado en la víctima.
El Informe de Derechos Humanos 2022 sobre la Repatriación Forzada de Mujeres Norcoreanas en China, resultado de las actividades de derechos humanos norcoreanos de cinco años de la RFNK, concluyó que el gobierno chino debe ser considerado responsable junto con el gobierno norcoreano como sospechoso de la repatriación forzada de desertores norcoreanos, que es clave para mejorar los derechos humanos en Corea del Norte, y que el círculo vicioso de la repatriación forzada únicamente puede resolverse a través de un enfoque y proceso centrado en la víctima.
Cicatrices Invisibles de una Nueva Vida
Las Heridas Invisibles: Cicatrices Invisibles
Imagina una vida donde cada momento está nublado por la ansiedad de ser capturado, cada rostro una potencial amenaza, y cada noche un terrible calvario lleno de pesadillas de persecución. Para dos de cada tres mujeres norcoreanas en China, esto no es solo imaginación, es su realidad diaria. Incluso después de pasar más de una década en China, el temor inminente de ser deportadas a Corea del Norte permanece siempre presente.
El Costo Psicológico: Más Allá de los Límites Físicos
Las cicatrices que estas mujeres llevan no son visibles, pero son profundas. El miedo implacable conduce a síntomas psicológicos severos: una ansiedad a la interacción social, un abrumador sentido de desesperanza, llanto incesante y pesadillas inquietantes de ejecuciones públicas en Corea del Norte. El trauma persiste, con una de cada tres víctimas contemplando la muerte para escapar del terror de la repatriación. Alarmantemente un sector de estas víctimas han llegado al extremo de tener pastillas para suicidarse y algunas han tomado la desgarradora decisión de intentar acabar con sus vidas de otras maneras.
El Trauma Persistente: Más Allá de las Fronteras
Las cicatrices emocionales y psicológicas no desaparecen una vez que cruzan la frontera en dirección a Corea del Sur. El trauma persiste, manifestándose en desafíos durante la reubicación. Para estas mujeres, su pasado atormenta cada paso de su viaje, haciendo que la sanación y la integración sean una lucha constante.
Un gran número de mujeres se ven obligadas a casarse en China independientemente de sus intenciones. Esto se debe a que a veces parece que eligen casarse o casarse, pero si no, sus vidas corren peligro en China, por ejemplo, al ser deportadas por la fuerza a Corea del Norte. En la actualidad, hay muchos desertores norcoreanos en Corea que mantienen una buena vida familiar y crían a sus hijos, y también hay desertores norcoreanos que han abandonado a sus maridos chinos y trabajan arduamente como madres solteras. Todos debemos unir nuestras fuerzas directamente para promover nuestros propios derechos humanos y, además, los de los desertores norcoreanos en China, que actualmente se encuentran en peligro.
Cada mes, seleccionaremos un tema para compartir historias sobre los derechos humanos de los desertores norcoreanos. Al mismo tiempo que en línea, también se producirán tarjetas físicas y se distribuirán a las partes interesadas.